En las postrimerías del modelo ideológico diseñado en Cuba las cosas en el país marchan muy mal, en medio del fracaso administrativo, la vida cara, la inflación, el desempleo, la inseguridad, los malos servicios públicos y la corrupción impune, el “modelo revolucionario” suena como el mayor contrabando ideológico que se ha pasado por la aduana política del país.
El tal modelo fundado en una expansión creciente del gasto público, en la creación de políticas artificiales que vienen fracasando a todos los niveles construidas a partir de la hipertrofia del aparato burocrático y la demagogia de no enseñar a pescar; lo grave ha sido la desviación populista que particularmente a partir de la imposición del modelo socialista del siglo XXI distorsionó toda la vida nacional, y que nos ha conducido a la difícil crisis que hoy enfrentamos.
Lo que ocurre en Venezuela ya no causa indiferencia, porque ha sido demasiado evidente la liquidación de todas las formas de convivencia respetuosa. La tal revolución de Maduro está ahora expuesta en las vitrinas internacionales con todas sus contradicciones y todas sus miserias al desnudo.
Ha quedado revelada como una farsa revolucionaria, cuya defensa descansa en el trabajo sucio de los grupos violentos. Para sorpresa de propios y extraños tres altos amigos de Chávez, pero no cegados por la ideología que profesan, “Pepe” Mujica, Lula Da Silva y Rafael Correa, comparten que la raíz de la crisis venezolana está en el “modelo socialista”.
Correa le dijo a Maduro: “En Venezuela se han cometido errores económicos”; además lanzó una pregunta temeraria: “Venezuela era la Arabia Saudita del mundo ¿A dónde se fue ese dinero? Desde luego no tuvo respuesta alguna.
Por otro lado Mujica expresó: Un país no se puede gobernar en un clima de confrontación; y Lula Da Silva remató proponiendo un gobierno de coalición para Venezuela.
Pero Maduro no hace caso, la camarilla radical entronizada en el gobierno no está dispuesta a rectificar. Teme perder el poder. No renuncia al diálogo pero lo sabotea. Entonces! ¿Cómo hacer productivas las negociaciones con el gobierno para conseguir resultados? Muy difícil, por no decir imposible.
Por el camino de la arrogancia no vamos a ninguna parte.
@jesus_albertob
Jesus Alberto Barrios 